Cuando Juan Carlos encontró el puñado de cartas en ese baúl, jamás imaginó,  al menos en un primer momento, que ya había editado un libro. Es que en el escrito de un manojo de hojas había recuerdos impregnados por la tinta. Un trozo de vida. Una experiencia que se perpetuaría a lo largo de la vida.

Clodomiro Fernández, el primer varón de 13 hermanos, tenía 15 años cuando lo mandaron a estudiar a Europa. Era 1881. Se llevaba un equipaje cargado de ilusiones, sueños de aventuras inciertas y el compromiso de escribir dos cartas por mes durante el tiempo que durara su estadía.  Las mismas cartas que durmieron durante más de 100 años en ese baúl que el Arquitecto Doratti abrió sorpresivamente hace unos años y donde descubrió la historia de Clodomiro con sus detalles más transparentes, originales y sensibles: cómo es el colegio, la relación social, sus tutores. Un tesoro descripto en 81 cartas enviadas desde el viejo continente.

Junto a Juan Esteban Doratti, Juan Carlos ha compilado y comentado ese epistolario mágico que trascendió la barrera de lo perenne y que permite reconstruir una época, un momento histórico y por sobre todo, el pensamiento de un adolescente que cargó con la responsabilidad de adquirir conocimientos para continuar con el legado de su padre. Nada menos.

“Nunca supe que iba a hacer un libro con las cartas de Clodomiro, pero llegó un momento en que entendí que era un material que la gente de Mercedes tenía que conocer. Hay un trasfondo político en el ceno de la familia que merece ser contado”, dice Doratti, orgulloso del hallazgo.

El viernes 27 de abril a las 19 horas, en el Museo Histórico “Víctor E. Míguez”, será presentado “De Mercedes, Buenos Aires a Edimburgo, Escocia: Correspondencia entre Clodomiro Villafañe y sus padres entre, 1881/1884”.

Será un espacio de reconocimiento de nosotros mismos frente a una sociedad desconocida por los años, cambiante en sus costumbres, dinámica en sus pensamientos. Allí, el autor conversará con el público y dará detalles sorprendentes sobre este material inédito y poderosamente rico para los amantes de la historia.

Habrá de recibir a los asistentes un invitado muy particular que con su música logrará transportar a todos, sin duda alguna, a la hermosa Edimburgo: Viko, el Gaitero. Será él quien armonice el espacio y construya una atmósfera de color sepia que estará a la orden del libro.

 

 

 

 

 

 

 

 

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