Espacio literario, con Carmen Gioscio

Este domingo, nueva entrega de Carmen Gioscio en el espacio literario que acostumbra ocupar en este medio.

Con la posibilidad de tener otro tipo de mensaje, en esta oportunidad la mercedina que fue declarada ciudadana ilustre ofrece otro texto de su autoría para compartir con los lectores.

Intrigantes
Le escuché decir que evitaría ser salpicado con la espuma de los vocablos. Espuma para mí no es algo constitutivo de una entidad. En todo caso es lo que aparece tras un catalizador externo. Este acciona sobre lo que sí es de la identidad, sobre lo que ella tiene y produce algo externo a ella. Un bullicio, una algarabía que desde su comienzo tiene fecha de vencimiento. Dura poco y después de irse deja a la entidad madre igual que antes de producido.

Pasó como accidente, como quiebre circunstancial de lo que estaba estable y vuelve a serlo.

Que las palabras produzcan esa espuma es algo novedoso para mí y que salpiquen a quien esté cerca más todavía. Pero no dejo de considerarlo como posibilidad. Examino ahora minuciosamente a las que elijo y luego de usarlas observo a los receptores de ellas. Me detengo un buen rato analizando reacciones o indiferencias.

Entre las reacciones hay mucho de encubrimiento, de buena educación, de hacer lo que se debe o se usa. Ahora que estoy atenta a ello esto último me ofende mucho. Porque la indiferencia es una postura tomada, un ejercicio de libertad, un "está bien pero no es para mí" entendible, respetable. Pero aceptar sin convicción es cobarde.

Yo igual estoy contenta. Se puede "gambetear" la espuma de las palabras pero mientras alguien esté ocupado en hacerlo ellas suenan, entran, quedan guardadas y no quietas. Se alían con otras, molestan, resuenan y a la larga... nacen nuevas.

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