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Hace casi tres meses del primer recorrido que realicé con un grupo de estudiantes (véase nota). Hoy, tuve la suerte de llevar a un segundo grupo a realizar el mismo recorrido mencionado en la nota cuya fuente cito. 

Y las conclusiones son alarmantes, tristes también, porque nos damos cuenta de que nada se ha hecho para mejorar dichos lugares.

En Mercedes continúa habiendo vecinos, familias enteras que viven en medios contaminados, lleno de residuos, de químicos tóxicos...

Esta ciudad sigue formándose en la creencia de que su extensión depende de las calles pavimentadas, del radio céntrico, y paremos de contar. No se considera como parte de la ciudad a los barrios aledaños al pavimento, aledaños al río. Parecen ser los "otros" a los que la contaminación acecha, mientras los que viven en el pavimento los ignoran, no los conocen, no les interesa o preocupa.

¿Qué hacemos entonces? ¿Qué opinan los partidos políticos? ¿Qué opina el Municipio, la dirección de ambiente/salud? ¿Cuándo comenzarán a considerar al ambiente en su agenda política? Porque ya hace largo rato que venimos observando estas y tantas otras situaciones. ¿De qué sirve una ciudad enferma? ¿Quién gana con ello?

Seguimos creciendo con la idea de que mi residuo, mi desperdicio, sale de mi casa y se va a no sé dónde. Pero sabemos adónde se va: termina en los barrios cuyas calles son de tierra, cuyo límite es el río, un arroyo, un zanjón.

Mercedes siempre está dividida en polos diferentes: lo vemos en la política, lo vemos en educación, lo vemos en los barrios. Como si hubiese varias ciudades en una. Y algunos vecinos lo notan. Y sienten rabia, bronca, impotencia. Y se nota cuando uno transita por los barrios contaminados, que el vecino no está a gusto con el intruso que llega a observar: no está a gusto porque está cansado de que nadie haga algo; de las promesas incumplidas.

¿Qué hacemos entonces? ¿Qué opinan los partidos políticos? ¿Qué opina el Municipio, la dirección de ambiente/salud? ¿Cuándo comenzarán a considerar al ambiente en su agenda política? Porque ya hace largo rato que venimos observando estas y tantas otras situaciones. ¿De qué sirve una ciudad enferma? ¿Quién gana con ello?

La inacción política que padecemos en materia ambiental no deja otra alternativa que buscar los medios jurídicos para que accionen.

* Antonela Chaves es integrante de SOS Hábitat

 

 

 

 

 

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