En el día de hoy, en la Basílica Nuestra Señora de Luján, monseñor Agustín Radrizzani presidió la santa misa durante el encuentro de la Superiora General y las Provinciales de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad de la Obra Don Orione.

Con sus palabras, el obispo alentó el trabajo y la entrega de todas las consagradas, animándolas a “vivir alegres, siempre felices de haber sido llamadas”.

El arzobispo dijo, también, que “todos los presentes tenemos en el corazón grandes esperanzas para ser cada día más fieles a la vocación que de Dios hemos recibido”, y haciendo mención a una reflexión maravillosa de Don Orione comentó: “Trabajar bajo la mirada de Dios ¡sólo Dios! sí, en estas palabras se encierra toda la nueva regla de vida, todo lo necesario y suficiente para la obra”.
 
“Hagan crecer la conciencia de que esta es la hora del laicado. Aquí deseo comunicarles mi experiencia personal. Mi papá vivió siempre encandilado, fascinado por Don Orione. Quería unirse a su proyecto porque lo quería a él. Vivan unidos a los laicos, ámenlos, formen con ellos verdaderas comunidades apostólicas y verán florecer los desiertos”, completó entre otras reflexiones, Radrizzani.