Un nuevo encuentro de acceso libre y gratuito relacionado con la cultura tuvo lugar este domingo por la noche en la Casa del Pueblo, sede social del Partido Socialista de Mercedes que se ha abierto a las actividades propuestas por la comunidad en este 2009 una vez más, así como la ha hecho el año pasado y ha sido costumbre en ese espacio, desde mediados del siglo XX. Y de esa época al tiempo sin tiempo el homenajeado de la noche, Julio Cortázar, fue el centro de la reunión denominada “Encuentro Cultural de cronopios y famas”, a 25 años de la muerte del genial escritor argentino. Hubo lectura de sus poesías, cuentos y relatos, así como música.

En la Casa del Pueblo, de 35 entre 22 y 24, este domingo 29 desde las 20 horas se realizó este homenaje a uno de los escritores argentinos más notables, encarado por los organizadores de “Hojas de hierba” en Mercedes, pero con la participación abierta del público. Este encuentro cultural combinó múltiples disciplinas tales como la lectura de textos del autor homenajeado y de escritores locales, intercalada con la presentación de músicos mercedinos y trabajos de artistas plásticos.

Además se ambientó la Casa a la manera “cortazariana” con simbolismos de rayuelas y otros juegos propuestos por el fallecido autor de ficción, que es referente de varias generaciones y lo seguirá siendo.

Frente de la Casa del Pueblo, con una rayuela gigante

Instrucciones para dar cuerda al reloj (“Historias de cronopios y de famas” – 1962)
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Atelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Conservación de los recuerdos (“Historias de cronopios y de famas” – 1962)
Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: «Excursión a Quilmes», o: «Frank Sinatra».
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

La profesora Cristina Canatta comparte la lectura de Cortázar